Es sabido por todos que jugando se aprende mejor, y que la utilización de simuladores en algunas profesiones es algo habitual. Pero su uso en la ciencia es muy limitado aun. En cualquier caso, se ha demostrado su efectividad pues aumenta la motivación al combinarla con la enseñanza tradicional.
Labster nace precisamente para que los alumnos aprendan jugando, a la vez que simulando lo que harían en laboratorios, teniendo en cuenta que muchos centros no tienen recursos suficientes para instalarlos. Por lo tanto, la generalización de herramientas como los laboratorios virtuales de esta empresa danesa, supone la universalización de este tipo de enseñanza.
Estos laboratorios virtuales y propuestas lúdicas para la enseñanza de materias relacionadas con la ciencia están avaladas por prestigiosas instituciones como la California State University, Harvard, el MIT, Stanford, el Trinity College, la universidad de Hong Kong o Berkeley entre otras.
Michel Bodekaer, cofundador y jefe de tecnología de Labster afirma que lo que buscan es trasladar “ideas de la industria de los videojuegos a las aulas” para “atraer a los estudiantes y hacer de la enseñanza de las ciencias algo más divertido”.
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